LOS
HEPATOPROTECTORES: engloban
un conjunto de sustancias muy heterogéneo desde el punto de vista estructural
con la única particularidad en común de incentivar la regeneración celular a
nivel del hígado. Aquí se pueden encontrar vitaminas, aminoácidos, hormonas,
extractos de plantas, flavonoides, etc.
Silimarina (principio activo del cardo
mariano).
Ácido tióctico.
Vitaminas A y E
Taraxacina (principio activo del diente
de león).
Protopina (principio activo de la
fumaria).
Boldina (principio activo del boldo).
Los antioxidantes.
A continuación un extracto transcrito / Derechos de autor:
mayo de 2003 / Hepatitis C Support Project.
¿Quién tiene riesgo de sufrir una toxicidad
hepática?
Cada persona
tiene su propio ritmo para procesar los medicamentos: algunas los metabolizan
con rapidez y otras lentamente. Estas diferencias son principalmente genéticas;
por ejemplo, algunas personas tienen menos enzimas CYP450 que otras. Es posible
que en un plazo muy corto se utilicen ampliamente pruebas farmacogenéticas
capaces de determinar cómo metaboliza los fármacos cada persona.
Otros factores como
fumar cigarrillos, beber alcohol y comer determinados alimentos; También
influyen en el metabolismo.
Las
investigaciones sugieren que las mujeres son más propensas a sufrir
hepatotoxicidad medicamentosa, quizás porque tienen un peso medio más bajo.
Asimismo, los niños y ancianos tienden a metabolizar los fármacos más despacio.
Debido a estas variaciones, una dosis que resulta adecuada para una persona puede
ser demasiado alta o baja para otra.
Las personas que
ya tienen enfermedad hepática: por ejemplo, a consecuencia de la hepatitis B o C
o al abuso del alcohol son más proclives a sufrir hepatotoxicidad medicamentosa.
Los pacientes
con daño hepático pueden tener niveles inadecuados de enzimas CYP450, y quienes
tienen alterado el flujo biliar procesan los medicamentos con menos eficacia.
Por este motivo, cuando se padece enfermedad hepática, en ocasiones hay que
reducir las dosis de los fármacos.
¿Cuáles son los síntomas de
la toxicidad hepática?
La toxicidad
hepática grave puede ocasionar insuficiencia hepática aguda y súbita, la cual
puede producir encefalopatía (disfunción cerebral), dificultades de coagulación
sanguínea e incluso la muerte.
El síntoma más
común de la hepatotixicidad es la elevación de las enzimas hepáticas, las
cuales pasan a la circulación sanguínea cuando las células del hígado están
dañadas.
Cuando se toman
medicamentos que son procesados por el hígado es normal tener un poco elevadas
las enzimas hepáticas, pero un incremento dos o tres veces mayor del margen
normal (0-48 iu/l en hombres y 0-42 iu/l en mujeres) debe ser motivo de preocupación.
La hepatotoxicidad leve o moderada a
menudo es asintomática,
Pero algunas personas sufren náuseas,
Pérdida del apetito, fatiga,
Picazón (prurito),
Dolores musculares y articulatorios,
Molestias abdominales.
¿Qué medicamentos y plantas
medicinales causan hepatotoxicidad?
- Hierbas que se deben evitar (hierbas conocidas por producir toxicidad hepática):
Como ya habíamos
mencionado en el artículo anterior Arándano
alpino (Vaccinium vitis-idaea), mercurial (Mercurialis annua), trébol dulce
(Melilotus officianalis), espigea rastrera (Epigae repens), aspérula (Galium
odorata), cayena, schizandra chinensis, sarapia (Dipteryx odorata), hamamelis
(Hamamelis virginiana) y pingüila (Arctostaphylos uva-ursi).
Ver más sobre el
artículo Hierbas que pueden ser toxicas para nuestro Hígado
- Medicamentos que pueden ocasionar un daño hepático:
Muchos fármacos
anti-VIH ocasionan toxicidad hepática, lo cual es motivo de preocupación para
los pacientes coinfectados por el VIH y el virus de la hepatitis B o C. Todas las
clases de medicamentos anti-VIH han sido vinculados con la toxicidad hepática.
La nevirapina,
un inhibidor no nucleósido de la transcriptasa inversa (marca Viramune) puede
producir inflamación del hígado y elevación de las enzimas hepáticas.
Un estudio
clínico sudafricano halló que las mujeres que toman nevirapina tienen el doble
de probabilidades que los hombres a padecer efectos secundarios que afecten al
hígado; dos mujeres del estudio murieron de insuficiencia hepática.
La clase que más
problemas hepáticos produce es la de los inhibidores de la proteasa, en
especial ritonavir (Norvir). Un estudio realizado por investigadores de la Universidad
Johns Hopkins reveló que el riesgo de toxicidad hepática es cinco veces mayor
en los pacientes que toman este fármaco.
Por ejemplo, el
antidiabético troglizatona (Rezulin) fue retirado del mercado en marzo de 2000
por su toxicidad, ya que causó cerca de 90 casos de insuficiencia hepática y 60
muertes; pero ahora pueden tomarse dos medicamentos nuevos para la diabetes de
tipo 2 rosiglitazona (Avandia) y pioglitazona (Actos) que resultan más seguros.
Otros fármacos
retirados del mercado por la FDA debido a su toxicidad fueron el analgésico
bromfenac (Duract), el diurético ticrinafeno (Selacryn), y el antiartrítico
benoxaprofeno (Oraflex). El antidepresivo nefazodona (Serzone), asociado a más
de 50 casos de daños hepáticos, de los cuales 11 resultaron mortales—fue
retirado del mercado en Europa, y los defensores del consumidor han pedido a la
FDA que lo prohíba también en el mercado estadounidense, afirmando que no
resulta más eficaz que otros medicamentos similares. Los defensores del
consumidor pidieron a la FDA que retire además el antiartrítico leflunomida
(Arava).
Algunos otros
fármacos asociados a la toxicidad hepática: se indican sus nombres en inglés
entre paréntesis):
amiodarona (Cordarone), arritmia cardíaca
azatioprina (Imuran), artritis reumatoide
carbamazapina (Tegretol), ataques
epilépticos
clorpromazina (Thorazine), antipsicótico
ciclofosfamida (Cytoxan), quimioterapia
contra el cáncer
diclofenac (Voltarén), artritis
diltiazem (Cardizem), angina de pecho e
hipertensión arterial
felbamato (Felbatol), ataques epilépticos
ketoconazola (Nizoral), infecciones por
hongos
metotrexato (Rheumatrex), artritis,
quimioterapia contra el cáncer
metildopa (Aldomet), hipertensión
arterial
nitrofurantoína (Macrodantin),
infecciones urinarias
pemolina (Cylert), déficit atencional
fenitoína (Dilatol), ataques epilépticos
tacrina (Cognex), enfermedad de Alzheimer
ticlopidina (Ticlid), anticoagulante
sanguíneo, previene los infartos cerebrales
tolcapona (Tasmar), enfermedad de
Parkinson
ácido valproico, ataques epilépticos
zafirlukast (Accolate), asma
zileuton (Zyflo), asma
Artículo transcrito / Derechos de autor:
mayo de 2003 / Hepatitis C Support Project.
Comer mejor para mejorar la salud de mi
hígado:
Además de ser el
responsable de procesar los medicamentos, el hígado también debe procesar y
eliminar las sustancias tóxicas de los líquidos y de los alimentos que
consumimos todos los días.
De hecho, entre
un 85 % y un 90 % de la sangre que sale del estómago y de los intestinos
contiene nutrientes de los líquidos y de los alimentos que consumimos, para que
el hígado continúe procesándolos. Por lo tanto, una dieta bien equilibrada es
una excelente forma de eliminar parte del estrés del hígado y de ayudarlo a que
se mantenga sano. Aquí hay otras sugerencias para tener en cuenta:
Come cantidades
abundantes de frutas y vegetales, especialmente verduras de hojas verde oscuro,
así como frutas y verduras de color rojo y/o naranja.
Reduce las
grasas que puedan agregar estrés al hígado, como los productos lácteos, los
aceites vegetales procesados (grasas hidrogenadas), las frituras, los alimentos
que no sean frescos y que contengan grasas rancias, carnes en conserva y carnes
muy grasosas.
Trata de comer
"grasas buenas" que contienen ácidos grasos esenciales. Se encuentran
en los aceites extraídos en frío de semillas y vegetales, aguacates, pescado,
semillas de lino, nueces y semillas crudas (deben ser frescas), y legumbres.
Además de ser más fáciles de procesar, se cree que las grasas buenas pueden
ayudar a formar membranas celulares sanas alrededor de las células hepáticas.
Haz todo lo
posible por evitar las sustancias químicas y las toxinas artificiales como los
insecticidas, los pesticidas, los edulcorantes artificiales (especialmente el
aspartamo) y los conservantes. También debes tener cuidado con el café que
consumes. Muchos nutricionistas recomiendan no tomar más de dos tazas por día,
y prepararlo con café molido natural, en lugar de los polvos instantáneos.
Consume una gama
variada de proteínas provenientes de granos, nueces crudas, semillas,
legumbres, huevos, mariscos y si deseas, pollo y carnes rojas magras frescas.
Si eres vegetariano, es posible que quieras agregar suplementos como vitamina
B12, taurina y carnitina para evitar el metabolismo inadecuado y la fatiga.
Bebe abundante
cantidad de líquidos, especialmente agua. Beber al menos ocho vasos de agua por
día es casi una obligación, especialmente si estás tomando medicamentos
anti-VIH.
Ten cuidado con
el pescado (sushi) o los mariscos crudos. El sushi puede albergar bacterias que
son perjudiciales para el hígado, y los mariscos pueden contener el virus de la
hepatitis A, que puede causar graves problemas hepáticos a las personas que no
recibieron la vacuna contra la hepatitis A.
También trata de
evitar los hongos salvajes. Muchos tipos de hongos salvajes contienen toxinas
que pueden dañar severamente al hígado.
Ten cuidado con
el hierro. El hierro, un mineral que se encuentra en la carne y en los cereales
fortificados, puede ser tóxico para el hígado, especialmente en las personas
que tienen hepatotoxicidad o infecciones que pueden ocasionar hepatitis. Los
alimentos y los utensilios de cocina (como las sartenes de hierro) con alto
contenido de hierro, sólo deben utilizarse esporádicamente.
Vitaminas y minerales que
son saludables para el hígado:
Muchos expertos
en nutrición recomiendan que las personas con riesgo de desarrollar toxicidad
hepática traten de conseguir estos alimentos en el mercado. Ellos son:
La vitamina K.
Las verduras de hojas verdes y los brotes de alfalfa son una fuente importante
de esta vitamina.
La arginina. A
veces el hígado tiene dificultades para procesar las proteínas. Eso puede
provocar aumentos del amoníaco en la sangre. La arginina, que se encuentra en
los frijoles, las arvejas, las lentejas y las semillas, puede ayudar a eliminar
las toxinas del amoníaco.
Los
antioxidantes. Los antioxidantes funcionan neutralizando los compuestos
altamente reactivos y destructivos, llamados radicales libres. Estos radicales
libres son creados en grandes cantidades por los órganos más activos (como el
hígado, especialmente cuando está procesando medicamentos en forma diaria).
Los alimentos
ricos en antioxidantes incluyen las frutas y verduras como la zanahoria, el
apio, la remolacha, el diente de león, las manzanas, las peras y los cítricos.
El selenio, un poderoso antioxidante, se encuentra en las nueces del Brasil
(castañas de cajú), en la levadura de cerveza, el kelp (un tipo de alga), el
arroz integral, el hígado, la melaza, los mariscos, el germen de trigo, los
granos enteros, el ajo y la cebolla.
La metionina. Un
agente desintoxicante que se encuentra en los frijoles, las arvejas, las
lentejas, los huevos, el pescado, el ajo, la cebolla, las semillas y la carne.
Excelente artículo, muy completo. Conceptos claros y palabras sencillas para informar y educar: muy interesante labor están cumpliendo. Les agradezco infinitamente. Muchos saludos.
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