miércoles, 21 de noviembre de 2012

Como evitar riesgo de toxicidad Hepática


LOS HEPATOPROTECTORES: engloban un conjunto de sustancias muy heterogéneo desde el punto de vista estructural con la única particularidad en común de incentivar la regeneración celular a nivel del hígado. Aquí se pueden encontrar vitaminas, aminoácidos, hormonas, extractos de plantas, flavonoides, etc.

Silimarina (principio activo del cardo mariano).
Ácido tióctico.
Vitaminas A y E
Taraxacina (principio activo del diente de león).
Protopina (principio activo de la fumaria).
Boldina (principio activo del boldo).
Los antioxidantes. 

A continuación un extracto transcrito / Derechos de autor: mayo de 2003 / Hepatitis C Support Project.  
 

¿Quién tiene riesgo de sufrir una toxicidad hepática?
Cada persona tiene su propio ritmo para procesar los medicamentos: algunas los metabolizan con rapidez y otras lentamente. Estas diferencias son principalmente genéticas; por ejemplo, algunas personas tienen menos enzimas CYP450 que otras. Es posible que en un plazo muy corto se utilicen ampliamente pruebas farmacogenéticas capaces de determinar cómo metaboliza los fármacos cada persona.
Otros factores como fumar cigarrillos, beber alcohol y comer determinados alimentos; También influyen en el metabolismo.
Las investigaciones sugieren que las mujeres son más propensas a sufrir hepatotoxicidad medicamentosa, quizás porque tienen un peso medio más bajo. Asimismo, los niños y ancianos tienden a metabolizar los fármacos más despacio. Debido a estas variaciones, una dosis que resulta adecuada para una persona puede ser demasiado alta o baja para otra.
Las personas que ya tienen enfermedad hepática: por ejemplo, a consecuencia de la hepatitis B o C o al abuso del alcohol son más proclives a sufrir hepatotoxicidad medicamentosa.
Los pacientes con daño hepático pueden tener niveles inadecuados de enzimas CYP450, y quienes tienen alterado el flujo biliar procesan los medicamentos con menos eficacia. Por este motivo, cuando se padece enfermedad hepática, en ocasiones hay que reducir las dosis de los fármacos.

¿Cuáles son los síntomas de la toxicidad hepática?
La toxicidad hepática grave puede ocasionar insuficiencia hepática aguda y súbita, la cual puede producir encefalopatía (disfunción cerebral), dificultades de coagulación sanguínea e incluso la muerte.
El síntoma más común de la hepatotixicidad es la elevación de las enzimas hepáticas, las cuales pasan a la circulación sanguínea cuando las células del hígado están dañadas.
Cuando se toman medicamentos que son procesados por el hígado es normal tener un poco elevadas las enzimas hepáticas, pero un incremento dos o tres veces mayor del margen normal (0-48 iu/l en hombres y 0-42 iu/l en mujeres) debe ser motivo de preocupación.
La hepatotoxicidad leve o moderada a menudo es asintomática,
Pero algunas personas sufren náuseas,
Pérdida del apetito, fatiga,
Picazón (prurito),
Dolores musculares y articulatorios,
Molestias abdominales. 

¿Qué medicamentos y plantas medicinales causan hepatotoxicidad?
  • Hierbas que se deben evitar (hierbas conocidas por producir toxicidad hepática):
Como ya habíamos mencionado en el artículo anterior  Arándano alpino (Vaccinium vitis-idaea), mercurial (Mercurialis annua), trébol dulce (Melilotus officianalis), espigea rastrera (Epigae repens), aspérula (Galium odorata), cayena, schizandra chinensis, sarapia (Dipteryx odorata), hamamelis (Hamamelis virginiana) y pingüila (Arctostaphylos uva-ursi).
Ver más sobre el artículo Hierbas que pueden ser toxicas para nuestro Hígado
  • Medicamentos que pueden ocasionar un daño hepático:
Muchos fármacos anti-VIH ocasionan toxicidad hepática, lo cual es motivo de preocupación para los pacientes coinfectados por el VIH y el virus de la hepatitis B o C. Todas las clases de medicamentos anti-VIH han sido vinculados con la toxicidad hepática.
La nevirapina, un inhibidor no nucleósido de la transcriptasa inversa (marca Viramune) puede producir inflamación del hígado y elevación de las enzimas hepáticas.
Un estudio clínico sudafricano halló que las mujeres que toman nevirapina tienen el doble de probabilidades que los hombres a padecer efectos secundarios que afecten al hígado; dos mujeres del estudio murieron de insuficiencia hepática.
La clase que más problemas hepáticos produce es la de los inhibidores de la proteasa, en especial ritonavir (Norvir). Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins reveló que el riesgo de toxicidad hepática es cinco veces mayor en los pacientes que toman este fármaco.
Por ejemplo, el antidiabético troglizatona (Rezulin) fue retirado del mercado en marzo de 2000 por su toxicidad, ya que causó cerca de 90 casos de insuficiencia hepática y 60 muertes; pero ahora pueden tomarse dos medicamentos nuevos para la diabetes de tipo 2 rosiglitazona (Avandia) y pioglitazona (Actos) que resultan más seguros.
Otros fármacos retirados del mercado por la FDA debido a su toxicidad fueron el analgésico bromfenac (Duract), el diurético ticrinafeno (Selacryn), y el antiartrítico benoxaprofeno (Oraflex). El antidepresivo nefazodona (Serzone), asociado a más de 50 casos de daños hepáticos, de los cuales 11 resultaron mortales—fue retirado del mercado en Europa, y los defensores del consumidor han pedido a la FDA que lo prohíba también en el mercado estadounidense, afirmando que no resulta más eficaz que otros medicamentos similares. Los defensores del consumidor pidieron a la FDA que retire además el antiartrítico leflunomida (Arava).
Algunos otros fármacos asociados a la toxicidad hepática: se indican sus nombres en inglés entre paréntesis):
amiodarona (Cordarone), arritmia cardíaca
azatioprina (Imuran), artritis reumatoide
carbamazapina (Tegretol), ataques epilépticos
clorpromazina (Thorazine), antipsicótico
ciclofosfamida (Cytoxan), quimioterapia contra el cáncer
diclofenac (Voltarén), artritis
diltiazem (Cardizem), angina de pecho e hipertensión arterial
felbamato (Felbatol), ataques epilépticos
ketoconazola (Nizoral), infecciones por hongos
metotrexato (Rheumatrex), artritis, quimioterapia contra el cáncer
metildopa (Aldomet), hipertensión arterial
nitrofurantoína (Macrodantin), infecciones urinarias
pemolina (Cylert), déficit atencional
fenitoína (Dilatol), ataques epilépticos
tacrina (Cognex), enfermedad de Alzheimer
ticlopidina (Ticlid), anticoagulante sanguíneo, previene los infartos cerebrales
tolcapona (Tasmar), enfermedad de Parkinson
ácido valproico, ataques epilépticos
zafirlukast (Accolate), asma
zileuton (Zyflo), asma 

Artículo transcrito / Derechos de autor: mayo de 2003 / Hepatitis C Support Project. 

Comer mejor para mejorar la salud de mi hígado:
Además de ser el responsable de procesar los medicamentos, el hígado también debe procesar y eliminar las sustancias tóxicas de los líquidos y de los alimentos que consumimos todos los días.
De hecho, entre un 85 % y un 90 % de la sangre que sale del estómago y de los intestinos contiene nutrientes de los líquidos y de los alimentos que consumimos, para que el hígado continúe procesándolos. Por lo tanto, una dieta bien equilibrada es una excelente forma de eliminar parte del estrés del hígado y de ayudarlo a que se mantenga sano. Aquí hay otras sugerencias para tener en cuenta:
Come cantidades abundantes de frutas y vegetales, especialmente verduras de hojas verde oscuro, así como frutas y verduras de color rojo y/o naranja.
Reduce las grasas que puedan agregar estrés al hígado, como los productos lácteos, los aceites vegetales procesados (grasas hidrogenadas), las frituras, los alimentos que no sean frescos y que contengan grasas rancias, carnes en conserva y carnes muy grasosas.
Trata de comer "grasas buenas" que contienen ácidos grasos esenciales. Se encuentran en los aceites extraídos en frío de semillas y vegetales, aguacates, pescado, semillas de lino, nueces y semillas crudas (deben ser frescas), y legumbres. Además de ser más fáciles de procesar, se cree que las grasas buenas pueden ayudar a formar membranas celulares sanas alrededor de las células hepáticas.
Haz todo lo posible por evitar las sustancias químicas y las toxinas artificiales como los insecticidas, los pesticidas, los edulcorantes artificiales (especialmente el aspartamo) y los conservantes. También debes tener cuidado con el café que consumes. Muchos nutricionistas recomiendan no tomar más de dos tazas por día, y prepararlo con café molido natural, en lugar de los polvos instantáneos.
Consume una gama variada de proteínas provenientes de granos, nueces crudas, semillas, legumbres, huevos, mariscos y si deseas, pollo y carnes rojas magras frescas. Si eres vegetariano, es posible que quieras agregar suplementos como vitamina B12, taurina y carnitina para evitar el metabolismo inadecuado y la fatiga.
Bebe abundante cantidad de líquidos, especialmente agua. Beber al menos ocho vasos de agua por día es casi una obligación, especialmente si estás tomando medicamentos anti-VIH.
Ten cuidado con el pescado (sushi) o los mariscos crudos. El sushi puede albergar bacterias que son perjudiciales para el hígado, y los mariscos pueden contener el virus de la hepatitis A, que puede causar graves problemas hepáticos a las personas que no recibieron la vacuna contra la hepatitis A.
También trata de evitar los hongos salvajes. Muchos tipos de hongos salvajes contienen toxinas que pueden dañar severamente al hígado.
Ten cuidado con el hierro. El hierro, un mineral que se encuentra en la carne y en los cereales fortificados, puede ser tóxico para el hígado, especialmente en las personas que tienen hepatotoxicidad o infecciones que pueden ocasionar hepatitis. Los alimentos y los utensilios de cocina (como las sartenes de hierro) con alto contenido de hierro, sólo deben utilizarse esporádicamente.

Vitaminas y minerales que son saludables para el hígado:
Muchos expertos en nutrición recomiendan que las personas con riesgo de desarrollar toxicidad hepática traten de conseguir estos alimentos en el mercado. Ellos son:
La vitamina K. Las verduras de hojas verdes y los brotes de alfalfa son una fuente importante de esta vitamina.
La arginina. A veces el hígado tiene dificultades para procesar las proteínas. Eso puede provocar aumentos del amoníaco en la sangre. La arginina, que se encuentra en los frijoles, las arvejas, las lentejas y las semillas, puede ayudar a eliminar las toxinas del amoníaco.
Los antioxidantes. Los antioxidantes funcionan neutralizando los compuestos altamente reactivos y destructivos, llamados radicales libres. Estos radicales libres son creados en grandes cantidades por los órganos más activos (como el hígado, especialmente cuando está procesando medicamentos en forma diaria).
Los alimentos ricos en antioxidantes incluyen las frutas y verduras como la zanahoria, el apio, la remolacha, el diente de león, las manzanas, las peras y los cítricos. El selenio, un poderoso antioxidante, se encuentra en las nueces del Brasil (castañas de cajú), en la levadura de cerveza, el kelp (un tipo de alga), el arroz integral, el hígado, la melaza, los mariscos, el germen de trigo, los granos enteros, el ajo y la cebolla.
La metionina. Un agente desintoxicante que se encuentra en los frijoles, las arvejas, las lentejas, los huevos, el pescado, el ajo, la cebolla, las semillas y la carne.

1 comentario:

  1. Excelente artículo, muy completo. Conceptos claros y palabras sencillas para informar y educar: muy interesante labor están cumpliendo. Les agradezco infinitamente. Muchos saludos.

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